Lo que pudo ser y no fue

Pensando sobre que cosas postear se me ocurrió hablar sobre la época de cuando era niño y recuerdo que vivía de la misma manera en la que vivo ahora, con una apatía absoluta, me aburría el colegio me aburría mi casa y me aburría mi vida me daba (y aún me da) igual si en navidad me daban regalos o no, me daba (y aún me da) igual si me celebran o no los cumpleaños.

Cuando estaba en quinto de primaria mi profesora de colegio al ver mi apatía absoluta (ya que no hablaba con casi nadie ni disfrutaba enérgicamente de los recreos) decidió hablar con mis papas para preguntarles que si yo era igual en la casa y ellos respondieron al unísono “si”, así que decidieron llevarme con un psicólogo para ver cual era mi “problema”. Recuerdo cuando entre al consultorio y la persona que me atendió era una psicóloga (era bien chusca y le calcule unos 25 o 26 años) y empezó a preguntarme cosas de mi vida que si tenia amigos, si en mi casa peleaban, si mis papas me pegaban y maricadas por ese estilo y yo le respondí de forma sincera a todo, después de una charla como de 20 minutos hizo entrar a mis papas y les dijo que de primera impresión no había nada “malo” en mi a excepción de que casi nunca hacia las tareas y les explico que mi actitud probablemente se debía a que no entendía las cosas que decían en el colegio y que mi forma de defenderme era actuar de forma distante para que nadie se diera cuenta de mis limitaciones.

Así que la psicóloga decidió hacerme un test para medir el coeficiente intelectual y ver si ese era mi problema, el test duró más o menos una media hora y después de calcular los resultados les dijo a mis papas: “su hijo tiene el coeficiente intelectual que solo tiene el 3% de las personas en el mundo” mis papas me miraron con cara de tristeza pero al mismo tiempo de aceptación cuando la psicóloga volvió y dijo: “Sí, su hijo tiene un coeficiente de 148 lo que lo hace estar entre el 3% de las personas con mas IQ en el mundo” mi papa miro a la psicóloga con cara extraña y le pregunto “¿como así?” y ella le respondió que mi actitud apática ante las cosas y especialmente el colegio era porque estaba en un ambiente monótono y asfixiaba mi forma de pensar y ver el mundo, así que les dijo que me empezaran a buscar un colegio para niños superdotados y ellos salieron jurando y comprometiéndose que lo iban a hacer de inmediato.

Pasaron los días y semanas y después de buscar y buscar no pudieron hacerme ingresar a uno de estos colegios por una simple razón, no tenían el dinero para pagar matricula, pensión y demás cosas y para conseguir una beca tendríamos que ser amigos de un senador de Jorge Baron o algo por el estilo por que eso era pura rosca, así que mi papa al ver que no podía entrar en ninguno de estos colegios me dejo estudiando en el de siempre y me dijo “no se preocupe mijo que usted con colegio para superdotados o sin colegio algún día va a ser alguien en la vida” (esta es la hora que no se ha cumplido esta profecía y mi papa ya me mira rayado preguntándole a mi mama que a que horas me voy a ir de la casa).

Me puse a investigar lo que hace la gente de mi edad con mi IQ y si hubieran ingresado a un colegio especial, la mayoría de ellas ya se han graduado en dos o tres carreras con especializaciones y maestrías y ocupando cargos de éxito (Yo a duras penas tengo dos medias carreras)

Posdata: Dudo mucho que aún posea el mismo IQ de niño ya que los años y años de consumo de bebidas alcohólicas han matado mis neuronas así que cálculo que debo tener unos 50 o 55 puntos menos de coeficiente.

Me da igual si comentan o no sobre este post